¡Qué ganas de estar ahí!
enredándonos,
componiendo una sinfonía perfecta entre besos y juegos.
Por mí daría un salto,
con pudor y ansias,
sobre los jardines de tu aroma.
Regateando, maniobrando,
hasta quedar piel con piel.
¡Qué ganas, no!
de saberte cómplice,
y respirarnos.
¡Qué ganas de estar ahí!
o de que estés aquí,
compañera con urgencia,
que con cama tibia y mucho sueño,
no consigo quedarme dormido.
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